Autorretrato
- Carolina Celayo.
- 7 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Cada año que pasa le doy una nueva
pincelada a este autorretrato,
a veces borro cosas, otras las agrego,
pero es más o menos así.
Me gusta el pescado naranjita de mi abuela,
que en realidad es bacalao,
y me gusta el pozole estilo jalisco.
Y me gusta acostarme en el pasto a ver las nubes,
y también los amaneceres
aunque prefiero los atardeceres.
Y el sonido de la guitarra y el piano,
también el violín, y caminar tomada
de la mano de alguien,
y los abrazos sin razon aparente.
Me gustan los dinosaurios más que las muñecas,
y las líneas amarillas de los estacionamientos
con las que jugaba con mi padre a no pisar.
Y volar papalotes en la marquesa,
y comer garnachas en Coyoacán,
y los conejitos Turín.
Y visitar las zonas arqueológicas,
y disfruto de leer sobre historia,
la Segunda Guerra Mundial me apasiona,
y me gusta más viajar al norte que al sur.
Me gusta decir que no soy cursi
y me gusta saber que lo soy
cuando de verdad amo con el corazón,
y las cartas escritas a mano
aunque ya casi nadie lo hace,
y las canciones que te recuerdan a alguien.
Y la música cuando la pones en aleatorio,
y las cartas que me dejaban los Reyes Magos
junto con mis juguetes cada 6 de enero,
y la forma en que mi coneja se limpia la cara.
Y el color azul turquesa,
aunque me gustan más los colores oscuros
cuando se trata de vestimenta,
y las fotografías instantáneas,
aunque suene muy vintage.
Me gusta que me regalen libros
y más aquellos que no te los esperas,
y amo a Gabriel García Márquez,
y su libro cien años de soledad,
y ser coleccionista de frases.
Y las películas de suspenso
y también aquellas que son románticas,
me gustan las series en Netflix,
y los musicales que me erizan la piel
y me hacen soltar lágrimas,
y el teatro cuando me hace reír.
Y la tapioca aunque aún no sé de dónde proviene,
y salir de mi zona de confort,
y las cosas que te sueltan
para hacerte más liviano el viaje,
y las lágrimas de felicidad.
Me gusta coleccionar boletos de los lugares a donde voy
y guardar las cosas más tontas que podrías pensar,
y me gustan los bolígrafos con formas curiosas
y viajar del lado de la ventana en el avión.
Y la belleza que tienen las cosas más simples,
y meter los pies en la arena a la orilla del mar,
y las cactáceas aunque digan que dan mala suerte,
sobre todo las suculentas.
Y los besitos en la frente
tanto como los besos en la boca,
y que me acaricien el cabello,
y los regalos inesperados
y las fiestas sorpresa.
Me gustan las palomitas del cine
más que las de microondas,
y las manzanas verdes con chocolate amargo.
Y me gustaría que las estrellas no estuvieran tan lejos,
y los arcoíris me parecen lo más extraordinario de este mundo,
y los congresos de ciencias forenses aunque no entienda nada.
Y me gusta como todo el mundo
piensa que soy muy seria,
y que a mi piel le falte el sol,
y que quizá me hubiera gustado ser rubia como mi abuela
y que aun así me guste mi cabello castaño.
Me gusta la palabra serendipia,
y también hablar sola aunque parezca loca,
me gustan los anillos de promesa
y lo que significan.
Y me gustan los tacones
aunque me hacen sentir como una jirafa,
y la ropa de mamá, y la loción de papá,
y los lentes de sol y los regalos que nadie más tendrá.
Y pensar si habrá vida en otras galaxias,
y las artesanías mexicanas
y decir que no llevó el nopal en la frente
sino en el corazón,
y me gusta ser mexicana.
Me gustan los finales felices
y que en la vida no hayan finales
sino nuevos comienzos,
y los soundtracks de películas,
y subirme al escenario a encarnar a otra persona,
y como todo lo simple es extraordinario para alguien más.
Inspirado en Autorretrato de Hugo Hiriart.
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